La importancia de la RESPIRACIÓN, por Irene Jové
Rebirthing es ante todo una experiencia personal única y profunda. Podemos intentar describir lo que se vivencia durante una sesión, pero no va a ser comparable con lo que realmente supone experimentar un ciclo energético completo siendo guiados en nuestra respiración.
Pero… ¿por qué y para qué tomar sesiones de respiración?
En nuestra sociedad actual es frecuente que nuestra primera respiración se experimente de forma traumática debido a la manera en que se aborda el nacimiento. El cambio que se produce en nuestra forma de oxigenarnos al pasar del cordón umbilical que nos une a la madre al despliegue de nuestro propio mecanismo respiratorio, suele producirse de forma rápida y brusca, sin tener en suficiente consideración lo que percibe el bebé en sus primeras experiencias fuera del útero. Esto ya fue descrito por el obstetra francés Frederick Leboyer en los años 70 en su libro “Por un nacimiento sin violencia”. Han pasado más de 40 años desde entonces, pero a menudo aún se sigue cortando el cordón antes de que el bebé haya aprendido a respirar de forma suave, natural y apoyado en el cálido seno de su madre. El recién nacido experimenta, por lo tanto, ahogo, sensación de peligro de muerte y pánico, asociando la experiencia de respirar con el trauma, el miedo, la soledad y el dolor.
A ello se añade que, a menudo, se han priorizado los aspectos prácticos de higiene y atenciones sanitarias del bebé en detrimento de sus necesidades emocionales, separándolo físicamente de la madre al nacer, durante un tiempo que al bebé -que ha estado hasta entonces arropado dentro del cuerpo de su madre- le parece una eternidad, y siendo manipulado por personas ajenas a su entorno afectivo. Ello también le ocasiona una profunda sensación de desconcierto, confusión y abandono que quedará registrada en su memoria celular y subconsciente.
A partir de aquí, ya tenemos asociada la respiración y la vida con la lucha por la supervivencia, la falta de apoyo y el dolor, conformando nuestras primeras creencias, que se añadirán a las que se hayan incorporado durante el período intrauterino en que, tal y como está ya demostrado científicamente, el bebé es influido por las emociones y experiencias que esté teniendo la madre. En este sentido recomiendo la lectura de las investigaciones descritas por el Dr. Thomas Verny en su libro “El futuro bebé”, así como el documental “Birth as we know it” (traducido al castellano) de Elena Tonetti-Vladimirova.
Como consecuencia de estas primeras vivencias aprendemos a contener la respiración, el aliento, ante las dificultades y situaciones dolorosas. Este hábito permite desconectarnos de lo que sentimos y acostumbrarnos a respirar lo mínimo para ir sobreviviendo. Se trata de un mecanismo de defensa, de huída… una forma de anestesia ante el dolor. Con el paso del tiempo se van fortaleciendo las desviaciones de la respiración; formas de respirar que inhiben emociones y memorias de sucesos dolorosos, pero que también obstaculizan el fluir armónico de la energía vital por nuestros cuerpos. Esto ocasiona trastornos que se inician en los planos más sutiles y pueden terminar materializándose en enfermedades. Pero además nos aleja de la capacidad de ser conscientes de nuestras necesidades, puesto que nos hemos acostumbrado a no sentirlas, al mismo tiempo que nos desconecta de la capacidad para disfrutar de la vida, de nuestra intuición y creatividad. Los mismos mecanismos de defensa se convierten en armaduras que nos insensibilizan.
En Renacimiento se recomienda tomar un mínimo de 10 sesiones de dos horas a dos horas y media aproximadamente con un renacedor cualificado con el fin de tratar y corregir de forma específica y personalizada las desviaciones respiratorias iniciadas a partir del mismo trauma de nacimiento y reforzadas posteriormente durante el período en que se configura nuestra personalidad. Es fundamental que el practicante de Rebirthing reciba durante la sesión una atención completa del renacedor, atenta, delicada y respetuosa en un entorno acogedor y tranquilo, ya que con frecuencia las heridas más profundas las hemos adquirido por falta de atención suficiente ya fuere durante nuestro período como bebés o en nuestros primeros años de vida.
A medida en que nos sentimos suficientemente relajados y confiados para ir corrigiendo nuestras desviaciones respiratorias, vamos liberando nuestro aliento y con él recuperando la energía que se hallaba bloqueada, desde las capas más superficiales a las más profundas. El resultado es mayor vitalidad, claridad, alegría, confianza, creatividad, autoestima y, en consecuencia, una mejora también en la relación con nosotros mismos y con los demás. Recuperamos aspectos de nosotros mismos que perdimos por el camino, fragmentos de nuestra alma que quedaron congelados.
Siempre es recomendable realizar un ciclo de sesiones de Rebirthing, pero hay momentos en la vida en que es especialmente conveniente. Se trata de aquellos períodos de cambios y transiciones, en que hemos de dejar atrás lo conocido para asumir el reto que supone una nueva etapa. Es en estos momentos cuando se activa con más fuerza nuestro guión de nacimiento y por ello es de gran ayuda tratarlo de forma consciente con el debido apoyo de un renacedor cualificado.
Es el momento de retomar la Vida con un mayor nivel de entusiasmo y confianza. Es la oportunidad de Renacer.
Irene Jové
Vicepresidenta de Rebirthing International España
Vicepresidenta de Rebirthing International España
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